En el Perú, todos los años celebramos el 6 de julio el día del maestro, pero pocos sabemos la razón de esta festividad. Creemos que ellos son simples trabajadores, desprestigiando su esfuerzo cotidiano, en esta nota, hacemos una mención honrosa y re-valoramos su esfuerzo.
Un maestro cumple muchas funciones, mucho más que enseñar. Debe afrontar diversas realidades, algunas demasiadas sacrificadas.
En el interior del país, en muchas localidades o caseríos donde solo hay un profesor que es unidocente. También debe trabajar con niños de diversos grados, condiciones sociales y abordar diferentes temáticas sabiendo adecuar su clase a su auditorio.
Muchas veces carecen de materiales y herramientas necesarias. Teniendo que ingeniárselas para conseguir los insumos. Es una ardua tarea el enseñar. Ardua, porque el sueldo no representa todo el trabajo.
Algunos piensan que ser Maestro es solo el tiempo que duran las clases en las aulas. Pero, eso es solo una parte, luego, vendrán las horas de revisión de trabajos, de crear evaluaciones, de preparar las clases y sobretodo, de actualizarse.
Nuestra sociedad está girando, queriendo ser más competitiva bajo el ideal del “progreso”. Por esta razón, hemos dejado de lado las carreras tan importantes como el ser profesor. No por cuestión de dinero, sino porque de verdad es una vocación, un servicio a los demás. Es verdad, no siempre los sueldos representan tantos esfuerzos, pero el ver a estudiantes que van saliendo adelante, que quieren y desean superarse es un motivo para no perder el sueño.
Son por tus tantos cuidados y el esfuerzo que realizas durante el año, la razón que el 6 de julio te agradecemos de la mejor manera. En muchos centros educativos organizan una celebración especial con música y baile honrando su labor y sus enseñanzas.
Nosotros también nos unimos a la festividad, deseándoles un gracias profundo, porque tu labor es loable, pero sobretodo el ejemplo que brindas es un motivo para seguir.
Gracias maestros.
