El estigma del estudiante modelo ¿Se puede trabajar para serlo?

Muchas personas inician sus estudios con una carga a cuestas. El estigma de “tener que ser” un estudiante modelo.

 

Ser aplicado y obtener buenas calificaciones es maravilloso. Las buenas calificaciones son el resultado del esfuerzo sostenido en el tiempo. ¿Pero debe ser un motivo para preocuparnos? Alguien que no sea un estudiante modelo… ¿puede cambiar para llegar a serlo?

 

Está bien preocuparse por las cosas que hay que hacer, pero genera mejores resultados el “ocuparse” en llevarlas a cabo. A eso los expertos le llaman “Aprendizaje Efectivo”; y es tan importante que incluso la Universidad de Harvard lo ha estudiado con detenimiento.

 

Peter Brown, Henry Roediger y Mark McDaniel son investigadores de la mencionada casa de estudios; y ellos aseguran que existen ciertas claves para lograr optimizar los tiempos de estudio y el rendimiento académico. Sin necesidad de morir en el intento, o de dejar de “tener una vida”.

 

Entonces, ¿te anima la idea de convertirte en un estudiante modelo? Continúa la lectura y aplica las recomendaciones de los expertos de Harvard y del Instituto Superior Tecnológico TELESUP.

 

Escribe lo que oyes, los apuntes ayudan a fijar el conocimiento

 

Las tecnologías son aliadas extraordinarias, pero por momentos, nos pueden jugar en contra. Casi ninguna persona escucha la grabación de una clase. A la hora de retener información nuestro cerebro responde, de maneras muy efectivas, al estímulo de la escritura manual.

 

Es muy positivo tomar apuntes o hacer un resumen de la clase para estudiar. Es como una forma de entrenar al cerebro sobre la materia en cuestión.

 

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No te satures con un solo tema

 

A veces, el meter contenido de un mismo tema a tu cerebro, por un periodo prolongado de tiempo, nos hace “embotar”. Organízate de una forma que puedas estudiar unos dos temas al día, de manera que no te canses. Las jornadas tampoco deben ser tan extenuantes.

 

La clave es entender… no leer y leer

 

Puedes hacer una lectura 10 o 15 veces, pero si tu atención no está puesta en lo que estás leyendo, al cabo de pocos minutos la información se habrá ido. No es efectivo intentar memorizar. La clave es prestar total atención. Una vez que entiendes los contenidos, la información jamás se irá.

 

Los mitos de que estudiar por las noches es mejor

 

La gente cree que la noche es mejor para estudiar… pero la noche en realidad es para descansar. Un cerebro que no haya descansa do de forma efectiva durante la noche, difícilmente podrá articular 3 o 4 pensamientos a la mañana siguiente.

 

Según los expertos de Harvard, “para que tu cerebro pueda almacenar información debes dormir al menos 7 u 8 horas a la noche con un sueño regular”.

 

¡No todo puede ser estudiar!

 

No puedes pasarte 6 horas continúas leyendo y estudiando. De hecho, lo aconsejable es que, después de un par de horas descanses, ya que está comprobado que la concentración comienza a fallar. Es importante que le des a tu mente pequeños recreos para despejarte.

 

Algunas ideas pueden ser comer un bocadillo; preparar una taza de té o café; hacer una llamada telefónica, en fin. Apartar la mente del estudio… despejarla y luego continuar con las ganas renovadas.

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